Un proyecto personal basado en varios Caminos de Santiago

En 2019, Juan Fernández de Navarrete compra a Chousa, que quiere decir Granja en Gallego, ahora rebautizada Granja del Peregrino, con la intención de dar una experiencia de alojamiento diferente, auténtica, reproduciendo, en la medida de lo posible, lo que era una Granja de hace cientos de años, con arquitectura de piedra y madera.

La granja estaba en ruinas, con los residuos de una granja, y la degradación de los elementos de madera, que amenazaban el derrumbe del techo, y la reforma duró algo más de 2 años. Se rehizo buena parte con materiales originales, contradiciendo en ocasiones el (buen) consejo del arquitecto, que pedía materiales modernos con menos mantenimiento, pvc, etc…

Con gran trabajo, se recuperó la piedra, que había sido tapada en muchos sitios con cemento, y se mantuvo la estructura de la granja, para mantener los muros gruesos de piedra, aunque en ocasiones no estuvieran muy rectos… La piedra no apareció impoluta, sino recubierta de una gruesa capa de hollín, lo que era natural, puesto que las viviendas centenarias no tenían chimenea, y el humo salía entre las tejas…

Lo que se hizo más largo, sin embargo, fueron los tres años que se han tardado en tramitar los permisos, las autorizaciones de Patrimonio, Aguas de Galicia, la Diputación de la Coruña, Turismo y el municipio de O Pino… Cinco autorizaciones… cada una con su historia.

Por qué hay espacio para esta granjita… en el Camino

Cuando hizo el Camino de Santiago, en dos ocasiones, iba buscando una experiencia de meditación y sosiego. Necesitaba desconectar, airearse… y responder unas cuantas preguntas… Tantas horas caminando permiten eso, aunque uno esté en grupo, se puede separar algo durante un buen rato… pero en los lugares de descanso no encontró lo que deseaba, silencio, poder meditar… En lugar de ello encontró pantallas de televisión en bares… ruido en los hoteles o albergues… y pocos lugares para disfrutar del maravilloso campo gallego..

Por eso, cuando pasó por delante de la Granja un día de otoño, con el verde fluorescente de la campiña gallega, comprendió que ese era el lugar que habría deseado… y lo compró.

Inició las labores de limpieza y preparació prácticamente sólo, durante la pandemia, con el acompañamiento de una estufa de leña… Visto con perspectiva, no hay mejor experiencia iniciática para una granja que se iba a destinar al turismo de peregrinación… Mucho frío, mucho trabajo… y la recompensa de ver el arduo trabajo convertido en una Granja en condiciones para albergar peregrinos venidos de cualquier parte del mundo.

Un sueño que ha costado mucho sacar adelante.

La ilusión del proyecto ha podido con muchos impedimentos, pero, ha de confesar que los últimos años han exigido casi un comportamiento heróico. España maltrata a los emprendedores con unos requisitos tremendos. El sueño casi se transforma en pesadilla burocrática.

En la actualidad la Granja del Pereabiertas unas habitaciones, y estamos esperando a tener aprobada una  ampliación de cuatro habitaciones dobles adicionales.

La finalidad espiritual del proyecto es obvia, y ha estado presente durante todo el proyecto, y sólo en el recogimiento y la quietud, en medio de la naturaleza, se puede experimentar una cierta paz para el alma.

Nuestra recompensa es su descanso.

Los que hemos estado involucrados en este proyecto tenemos un premio, el de saber que sentirá algo diferente en este establecimiento, que es lo que hemos intentado con este proyecto, o más bien sueño familiar.

Juan Fernández de Navarrete